Córdoba necesita más árboles. En el centro y en seis barrios de la ciudad de Córdoba falta un cuarto de los árboles de veredas y espacios verdes, según un relevamiento encargado por la Municipalidad de Córdoba en 2018. En total fueron registrados 26.300 sitios que deberían tener un ejemplar, pero en más de 6.500 locaciones la planta está ausente o muerta.
En algunos espacios ni siquiera está la cazuela donde debería estar el árbol.
Sólo en el barrio Centro hay unas 1.400 cazuelas faltantes, según el censo realizado por personal de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Nacional de Córdoba. A su vez, el relevamiento registró otras 1.287 cuyo estado es inadecuado.
El censo también se realizó en los barrios Alberdi, Nueva Córdoba, Parque San Vicente, Güemes, Villa El Libertador y Rogelio Martínez.
Diagnóstico verde
Un 10 por ciento de todos los árboles censados pertenecen a dos especies “indeseadas”, como el olmo y el siempre verde. La primera sufre muchos problemas fitosanitarios y la segunda es una especie invasora.
En contraste, sólo hay unos 400 algarrobos y 35 quebrachos, especies consideradas autóctonas para esta región.
Cecilia Eynard, bióloga y paisajista experta en plantas locales, aseguró que la ciudad de Córdoba no tiene calles ni veredas amigables para el arbolado. “La definición de qué árbol debe ir en cada vereda de la ciudad debería estar vinculada al contexto actual e histórico de la evolución de la ciudad”, explicó. Y sentenció: “No todas las nativas son aptas para veredas. No todas las exóticas son malas para las veredas”.
Luego aclara que especies como las tipas, los lapachos, los palos borrachos y los jacarandás no son nativas para Córdoba porque no corresponden a la ecorregión.
Eynard señaló que las especies nativas tienen como positivo que ayudan a conformar una “identidad local”, permiten una conectividad ecológica, son más resilientes frente al cambio climático y resisten muy bien las épocas de sequía.
Pero también advirtió sobre algunos puntos negativos: siluetas anchas, mucha demanda de sol, presencia de espinas y copas bajas que requieren un manejo distinto.
La especialista sugiere tres especies locales que pueden servir en el arbolado urbano. Se trata del manzano de campo, del guindillo y del durazno de campo.
Las tres son especies perennes, sin espinas (el guindillo tiene, pero son poco dañinas), de crecimiento no tan lento como otros ejemplares autóctonos y aptas para veredas de chicas a medianas.
Barrios pelados
El censo también estableció diferencias entre los barrios censados. Al momento del sondeo, la situación era muy grave en Villa El Libertador y en Alberdi, donde se detectó que más de la mitad de los árboles estaban ausentes o muertos.
Estos dos sectores contrastaron con lo que ocurría en Parque San Vicente, un barrio más chico en superficie que además contaba con el quíntuple de árboles que Alberdi y muy pocos estaban muertos.
Falta de arbolado, una constante en el interior provincial
La carencia de forestación en calles se repite en las principales localidades. No hay planes relevantes para mitigar ese déficit, a pesar de las advertencias sobre su importancia.
🌱 Río Cuarto
En 2017, la Municipalidad encomendó un censo de arbolado urbano a la Universidad Nacional de Río Cuarto. Las primeras estimaciones apuntaron un alto déficit de 35 por ciento. En la zona central, las veredas angostas y los comercios que no quieren que el follaje tape sus carteles han sido habituales obstáculos para la reimplantación de árboles. En los barrios también se observan desparejas carencias.
Ahora, el Concejo Deliberante tiene consensuado un proyecto que obligará a los frentistas con veredas de dos o más metros de ancho a colocar árboles de determinadas especies y ser su “custodio directo”.
🌱 Villa María
Los porcentajes de arbolado urbano varían según los barrios, pero la mayor carencia se percibe en el centro. Desde la Secretaría de Ambiente municipal, estimaron que el déficit supera el 30 por ciento. En 2017 se presentó una iniciativa para apadrinar árboles en el centro, pero encontró cierta resistencia entre comerciantes.
Con la Universidad Nacional de Villa María, el municipio inició en 2018 un censo para precisar cuántos árboles existían, dónde y en qué estado. Y se anunció un plan para plantar variedades autóctonas.
🌱 San Francisco
Los adoquines y el arbolado daban un marco característico a sus principales calles, pero en los últimos años el verde se fue deteriorando y las reposiciones necesitarán años para retomar aquel esplendor. Veredas sin plantas, poda indiscriminada y extracción de árboles añejos sin control son problemas reiterados.
Ernestina Saravia, de la Asociación para el Medio Ambiente y su Dinámica (Amad), indicó que “se cumple solamente con el 10 por ciento de los árboles requeridos por metro cuadrado”. “Cada vez tenemos más cemento y edificios de altura y menos árboles para contrarrestar esa modificación del ambiente. Además, se colocan especies exóticas, a las que les cuesta más adaptarse”, agregó.
El municipio informó que en 2017 se plantaron mil ejemplares en los límites de la ciudad y en el parque industrial y que para este año se planifica una cifra similar. Para Amad, son números bajos para el déficit existente.
🌱 Alta Gracia
Hace años rige una ordenanza que obliga a cada frentista a plantar árboles en sus veredas, pero el acatamiento es bajo y los controles no se acentúan. En las calles, la deforestación es evidente. La Municipalidad inició tiempo atrás una campaña de “pulmones verdes” y el más importante es el ubicado en el ex basural.
Los principales espacios verdes son el parque del Sierras Hotel, el García Lorca y el predio Potrero de Loyola (anteriormente llamado Solares del Palmar). El último está en permanente riesgo por los desmontes, la usurpación de tierras y el avance de la urbanización. Además, se proyecta construir el edificio de la escuela experimental ProA en el lugar.
🌱 Río Tercero
Una estimación planteada por la Comisión de Arbolado Urbano (integrada por voluntarios y asesora del municipio) presume que faltan, sólo en veredas, unos 11 mil árboles. Hernán Fuensalida, su referente, explicó que ese número surgió de un relevamiento de 2008. Hace más de 20 años, otro estudio determinó que a la ciudad le faltaban 60 mil árboles, sumando espacios verdes y cortinas forestales, sobre todo para una ciudad con perfil industrial y producción química. No hubo planes intensivos de forestación y la necesidad se mantiene.
Fuensalida rescató que algunos loteos nuevos sumaron forestación adecuada. Y planteó que a esta carencia no sólo contribuyen los gobiernos sin programas, sino también “el desinterés de la gente”. El frentista está obligado a tener plantas en veredas, pero el incumplimiento es elevado.
🌱 Jesús María
Años atrás, el Inta, la Sociedad Rural, el municipio y el Colegio Pío León hicieron un relevamiento del arbolado urbano.
El trabajo estableció un faltante de unos 900 ejemplares en veredas. Las crecientes de 2015 provocaron la desaparición de cientos de ejemplares en los barrios pegados al río. El municipio cuenta con un mapa que muestra la importante falta de arbolado en la periferia, en las costas del río y en los nuevos loteos porque los ejemplares son muy jóvenes. En 2018 se anunció un plan de plantación de dos mil árboles en espacios verdes, con la producción del vivero municipal.
🌱 Villa Dolores
El arbolado público urbano es una asignatura pendiente, acentuada por su ubicación en una región árida. En el centro, las veredas antiguas y angostas hacen que casi no prospere la forestación. En algunos barrios más nuevos la planificación previó plantaciones.
“Desde hace décadas, no hay un área municipal que se encargue específicamente del arbolado como política pública, existe una ordenanza, pero no se cumple, no hay un inventario de árboles y no hay personal capacitado”, señaló Marcela Ledesma, agrónoma especializada en forestación.
El biólogo Gerardo Coria, de la ONG Prevenir, coincide: “Es grande la carencia y no se cuida lo que ya se tiene. Tampoco se involucra a los vecinos”. Otro cuestionamiento es que lo poco que se foresta no suma especies adecuadas.
🌱 Río Segundo
Según relevó la ONG local Coamxa, falta el 45 por ciento de los árboles en la zona urbana. “El déficit se nota más en la periferia. Hay que plantar más árboles, especialmente nativos”, señaló Edgardo Cánepa, de esa organización. Cánepa dijo que pese al esfuerzo de Coamxa, del municipio y de algunas instituciones, en la zona urbana hay menos árboles que hace 10 años.
Desde el municipio reconocieron que faltan árboles, aunque destacaron que en los últimos cinco años se plantaron más de 1.500. También aseguran que se están jerarquizando espacios verdes: “Tenemos 14 hectáreas de ferrocarriles en el centro, un pulmón. Y llevamos hechas 22 plazas”.
🌱 La Calera
El acelerado crecimiento urbano de la última década no fue acompañado por planes de arbolado al mismo ritmo. En las principales arterias se han refuncionalizado espacios y se sumaron complejos comerciales, pero no se avanzó en una mejora del verde en las veredas. El municipio aseguró que trabaja ahora en varias plazas para mejorar esos espacios.
En Sierras Chicas, uno de los pocos casos de intervención en el arbolado urbano fue en Río Ceballos, que una década atrás desarrolló un proyecto de plantación de especies autóctonas al menos en varias cuadras de la principal avenida, que hoy ofrecen una postal armónica entre cemento y vegetación. En el resto de las ciudades del corredor, el arbolado urbano no parece ser una prioridad.
Fuentes:
Falta un cuarto de los árboles y se intimará a los vecinos a reponerlos.
https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/falta-un-cuarto-de-los-arboles-y-se-intimara-los-vecinos-reponerlos
Falta de arbolado, una constante en el interior provincial.
https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/falta-de-arbolado-una-constante-en-el-interior-provincial
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